Nacionalismo, separatismo y el aprendizaje del odio
¿Qué hace que jóvenes vayan a las trincheras sabiendo que van a morir? Pues, entre otras cosas, el odio bien larvado hacia el otro, y ya sabemos desde la psicología social que una de las mejores formas de unir a un grupo es tener un enemigo común.
Vivimos un Déjà vu. En esta era vuelven el febril odio, el quisquilloso miedo al otro basado en mentiras, juicios de valor como hace Trump con los que cruzan la frontera hacia USA y, desde una posición de no poca soberbia, hemos visto cómo, por ejemplo, buena parte de los británicos altivos piensan que no necesitan a Europa, “al otro”.
Pero hay que admitir que ese odio viene en gran medida de los ideólogos, de los que no negocian, de los que no cooperan, de los que rechazan al otro procurando más poder para decidir y al final, como en la película Jojo rabbit, todo resulta ridículo.
Johan Galtung, experto que lleva toda la vida intentando solucionar conflictos internacionales, nos recuerda que tras la violencia hay que aplicar las tres erres: reconstrucción, reconciliación y resolución.
Las soluciones suelen ser lentas, como decía un colega psicólogo austriaco experto en teoría de la comunicación, Paul Watzlawick, “a veces, muy de vez en cuando, no tan seguido como quisiéramos, podemos ser testigos de cómo un paciente ha superado un conflicto”.
En España el conflicto catalán está enconado entre porcentajes, pero no se trata de elegir entre nosotros o ellos, no se trata de a ver quién saca el 51% para que pueda negar y amordazar al otro 49%, no se trata de aplicar esta dictadura de la democracia. Digo esto porque no queda más remedio que negociar con los otros, se trata de buscar lo común, que es mucho o casi todo.
Aprecio a los catalanes, “a los pocos que conozco”. Y como decía Albert Pla, para qué vamos a estar peleando, con lo bien que se está tomando unas cervezas en un bar. Que se peguen los ideólogos, que son los que envenenan.
En la reciente película reciente 1917, un capitán explicaba al soldado protagonista que cuando comunicara el mensaje de “no atacar” tuviera testigos, puesto que hay gente que solo sabe guerrear.
Las crisis tienen su lado de oportunidad. Bailemos juntos y riamos, sintiéndonos libres como en JoJo Rabbit.