Macro y micromachismos
Ocho de la mañana, suena la alarma del móvil y, como cada día, nuestra protagonista, María, de 38 años, se dirige al trabajo. Y como un día cualquiera, tiene que escuchar las siguientes preguntas:
– ¿Y tú no tienes hijos?
– ¿Y tú para cuándo?
Dicen que juzgar a los demás es de personas frustradas. Pues parece ser que abunda la frustración cuando al día siguiente otro trabajador le pregunta:
– ¿Y no estás casada?
Y, por supuesto, de vez en cuando alguien deja caer en público el siguiente jocoso comentario de tasca: “será lesbiana…”.
Y otro compañero, como queriéndola hacer un favor, le pregunta en el descanso: “¿por qué no te apuntas a First dates?”
María sabe que está en una sociedad machista envuelta en un casposo maniqueísmo esquizoide de buenos y malos, donde “cuanto menos se entiende, más se juzga a los demás”.
Simone de Beauvoir decía: “La verdadera naturaleza humana es no tener naturaleza ninguna.”
¿Que sentirá María? Posiblemente se acuerde de la canción de Alaska que decía eso de “a quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga”.
El psicoanalista italiano Massimo Recalcati nos recuerda en su último libro, Las manos de la madre, que “la mujer divorciada de su función materna aparecía como la encarnación de los fantasmas más malignos: pecado, lujuria, falta de fiabilidad, brujería, crueldad… En definitiva, según la perspectiva de la ideología patriarcal, solo el acceso a la maternidad podría conferir una forma de realización benéfica y públicamente aceptable a la mujer”.
Hoy, el machismo cada vez más acorralado, se sabe que una mujer no solo puede estar sola sino que cada día es más frecuente que sea madre sin un hombre que la acompañe en ese viaje.
Pero, pese a todo lo avanzado, María me dice que no puede denunciar puesto que Burgos es una ciudad pequeña y posiblemente tuviera problemas en encontrar trabajo en su sector; está más que harta de sus compañeros marchitos, de sus bromas, de que uno la suelte y los demás cómplices tramposos le apoyen, y quiere cambiar de trabajo.
Las cookies necesarias son absolutamente imprescindibles para que el sitio web funcione correctamente. Estas cookies garantizan las funcionalidades básicas y las características de seguridad del sitio web, de forma anónima.
Las cookies funcionales ayudan a realizar ciertas funcionalidades como compartir el contenido del sitio web en las plataformas de las redes sociales, recoger opiniones y otras características de terceros.
Las cookies de rendimiento se utilizan para entender y analizar los índices de rendimiento clave del sitio web, lo que ayuda a ofrecer una mejor experiencia de usuario a los visitantes.
Las cookies analíticas se utilizan para entender cómo interactúan los visitantes con el sitio web. Estas cookies ayudan a proporcionar información sobre las métricas del número de visitantes, la tasa de rebote, la fuente de tráfico, etc.
Las cookies de publicidad se utilizan para ofrecer a los visitantes anuncios y campañas de marketing relevantes. Estas cookies rastrean a los visitantes en todos los sitios web y recopilan información para ofrecer anuncios personalizados.
Otras cookies no categorizadas son aquellas que están siendo analizadas y que aún no han sido clasificadas en una categoría.