Fernando Pérez del Río
Estimo que cuando se habla de salud mental no se suele tratar si tener hijos, es más saludable o no. Bien podríamos decir, que una sociedad sana es la que quiere perpetuarse en el tiempo, la que apuesta por su existencia y por el futuro. Podemos resolver que, tener hijos, es un indicador de una sociedad sana que desea tener familia, mantener lazos fuertes leales y estables y, de lo que no cabe duda, es que si hemos evolucionado como especie es gracias al grupo y la familia.
Sería un error no decir que sobran los estudios de psicología que muestran que es más saludable vivir con otros frente al “egoísta yo conmigo mismo me merezco.”
Digámoslo claro, no tener hijos es un lento suicidio social, lo vemos en las escalofriantes estadísticas.
Cada vez más gente vive sola; se habla de la sologamia, de centrarse en uno mismo y en su ombligo, de la invasión de perrijos. Una cultura que promueve un mundo simbólico vacío. Nuestra sociedad se burla de la tradición como si fuera un libro a medio leer que no merece la pena.
Nuestra salud mental es frágil ante los mensajes culturales de toda una sociedad que nos encamina a la separación de las personas. Estamos en una sociedad burocrática, sin energía, que no se regenera con hijos, no hay futuro en nuestro endogrupo.
Aunque ya no esté de moda, Freud postuló el Thanatos, un principio de destrucción, que tiene como objetivo destruir precisamente los vínculos.
No se tratara de un impasse, es un fin, no es grato recordar que el índice de reposición de las españolas nativas es 0,9 hijos, siendo necesario un 2,1.
Centrarse únicamente en uno mismo y emponderarse, está lejísimos de lo que podríamos considerar como sano. Más bien, asistimos a una monumental crisis del “estado de bien estar” que nos ha dejado anestesiados y adormecidos bajo el mundo del agasajo y espectáculo de uno mismo. Un exotismo individualista mal digerido.
El hombre se ha vuelto cómodo, llegando incluso a permitirse “sin culpa alguna” destruir la vida de otros.
Nunca en la historía había ocurrido esto, se ha roto principio de conservación de la especie en occidente.
Pero la salud mental también está en los vínculos estables, en la familia y en el futuro.
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