El desguace de las redes Las redes, que suponían un aire fresco a la democracia, muestran su doble filo y vemos cómo esa libertad se torna en confusión y separatismo. La multitud de fake news nos hace dudar de las noticias y nos vemos obligados a regresar cabizbajos al periodismo de toda la vida y a las revistas especializadas. Nos encontramos trolls en cada esquina, cobardes, escondidos, agazapados en el anonimato, que no dan la cara; nos encontramos publicaciones que sostienen posturas radicales de izquierdas y derechas que indistintamente desprecian sin límite y parecieran mantener el objetivo de machacar al contrario, eliminarlo, humillarlo con una retahíla de posts emocionales y, sobre todo, faltos de rigor. Estos extremos radicales son realmente el nuevo panem et circenses (literalmente «pan y circo»). Y, por añadidura, dejan entrever el odio, malestar y veneno de quien los publica. A estas personas que insistentemente nos ponen posts de política (aunque ellos no lo sepan) no tenemos más remedio que dejarlos de seguir, y terminan publicando en Facebook para un auditorio vacío (soy tu amigo pero no te sigo) porque no enriquecen y solo muestran y expanden su propio malestar. Finalmente ese exceso de información y diatribas hace dudar a uno de todo creando una situación abonada para los extremismos. Y a renglón seguido, vemos que detrás de esa extremada desnudez nos encontramos con la mentira de los perfiles falsos que los algoritmos de las redes se encargan de traer a nuestras pantallas. Podemos encontrar cientos o miles de perfiles falsos, tan fácil como poner la foto de una modelo, ella te dice que vive en tu ciudad, te escribe por el dichoso messenger y puedes hablar con ella, flirtear en medio de la misteriosa noche, y por ende hablar de cosas más íntimas. Una conversación de política, una broma sacada de contexto y un sinfín de situaciones y, en el descuido de la intimidad acelerada que provocan las redes sociales y de la rápida desnudez, ella o él puede hacer una captura y chantajearte. Una extorsión, un perfil falso con el que puedes insultar o promocionar otras páginas y crear toda una red de intereses y mentiras, fake news que consiguen su objetivo. Y es en este momento de saturación de información basura cuando nos acordamos de Sócrates, quien delante de un puesto de venta dijo: “cuántas cosas no necesito”.
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