que estos niños han nacido rodeados de aparatos electrónicos que ciertamente les ayudan a comunicarse con otras personas, pero que casi nunca han tenido que dar la cara.
Pueden pasarse cada día siete horas con juegos y otras cinco viendo la tele, y otras cuatro en Internet. Si lo tienen todo en su cuarto, por qué salir a una sociedad que les resulta tan complicada, insoportable.
La cultura del “derecho a tenerlo todo,” encuentra la horma de su zapato en las nuevas tecnologías; si se puede atesorar “toda” la información, ¿para qué salir de la alcoba?
En nuestro país este hecho hoy por hoy sería algo impensable. Desde nuestra cultura, es bastante difícil entender esta situación de los Hikikomori, pero también, seguramente, era difícil imaginar que en España en un par de décadas, los niños casi hayan dejado de jugar en las calles y se hayan quedado en sus casas rodeados de máquinas, ordenadores, TV y Msm. ¡Quién sabe!
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4 comentarios. Dejar nuevo
nunca habia oido algo asi, ni siquiera aunque venga de japón. Se supone que son tan listos y trabajadores…no será que se han pasado de la rosca? Tampoco me parece comparable, esta aptitud con la meditación. Si es cierto que hay gente muy espiritual que transciende mucho con la meditación,pero no es lo más normal.A mi esta aptitud de esos jóvenes (si esque sólo lo hacen los jóvenes),me parece un acto de rebeldia y sobre todo de inseguridad. Y lo peor de todo no es que ellos lo hagan, es que los demás se lo permitan. Que clase de educación o de valores se inculca a los niños en aquel pais para decidir hacer eso?varios años encerrado en su habitación? y su madre llevandole la comida hasta que al niño se le pase? Al final como casi siempre y por mucho que nos pese, la culpa radica en los padres..Como ese comentario que has hecho de que los niños ya no salen a la calle a jugar que prefieren el ordenador y la TV; cuando llegan a una edad por supuesto lo prefieran ya que en la calle no saben que hacer se encuentran sólos, sin amigos…pero la culpa no es suya ya que a sus padres les da miedo que salgan a la calle a jugar ellos sólos (como se hacia antaño). Y la mejor infancia, la más recordada es esa, la que se pasa en la calle.Que van a recordar ellos de mayores…lo bien que jugaban al oredenador?. Si somos sinceros, lo que hacen los hijos, paraq bien o para mal es culpa de los padres, o por lo menos influyen mucho en ello.
Gracias por tu opinión María Jesús, comparto tus opiniones.
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